Ritmo



RITMO (Extractado de “Diccionario del Teatro” de Patrice Pavis)

 1- Teorías tradicionales

  •   Es una forma melódica y expresiva de decir el texto y de desplegar la fábula. H. Meschonnic en su “Crítica del ritmo”  distingue tres categorías de ritmo: lingüístico (propio de cada lengua), retórico  (tributario de las tradiciones culturales), poético (ligado a una escritura individual). En el teatro, como en la poesía, el ritmo no es un ornamento exterior que se añade al sentido, una expresividad del texto. El ritmo constituye el sentido del texto tal como lo señala Valery en sus “Cánticos espirituales”.
  •  Es una alternancia de tiempos fuerte y débiles, encerrados en la métrica, fuera del sentido, subcategoría de la forma.

  •   La teoría brechtiana nos aproxima a las investigaciones contemporáneas. Se presenta  a la vez como una aprehensión  de las relaciones sociales en el gesto individual y un método para mostrar la influencia de un movimiento y de una cadencia en la producción de los sentidos de los enunciados y de las acciones.

 2- Ritmo y sentido

  •    Emergencia del sentido: El ritmo del texto poético no está por encima del sentido sintáctico- semántico, sino que lo constituye. Es el ritmo el que anima las partes del discurso; la configuración de los conflictos, la distribución de los tiempos fuertes y débiles, la aceleración o la lentitud de los intercambios, son operaciones dramatúrgicas que el ritmo impone al conjunto de la representación. Buscar- encontrar un ritmo para un texto que queremos representar siempre equivale a buscar- encontrar un sentido. 
  •    Ritmo y fragmentación: La percepción del ritmo obliga a estructurar y desestructurar el texto, sobre todo a dar relieve a determinados elementos sintácticos y, por tanto, a enmascarar otros. Es imposible afirmar que un determinado texto tiene un primer sentido, denotativo, fijo y evidente, puesto que una enunciación distinta la aparta inmediatamente del recto camino. 
  •   Ritmo y apoyo visual o gestual :El ritmo de la lectura y de la dicción por el actor también es perceptible cuando una parte del discurso es recibida sobre el fondo del juego escénico, de tal modo que el sentido literal del enunciado verbal se ve desviado por un juego escénico. 
  •   Origen del ritmo en el teatro: La teoría del ritmo desborda el marco e la literatura y del teatro. En la mayor parte de los estudios parte de bases fisiológicas:  ritmo cardíaco, respiratorio o muscular, influencia de las estaciones, ciclos lunares, etc. A menudo, responde a una dinámica de dos tiempos: inspiración/ espiración, tiempo fuerte ( marcado) / tiempo débil (no marcado). En la acción teatral – por lo menos en la dramaturgia clásica-  este esquema también es válido: subida/ bajada de la acción, nudo/ desenlace, pasión/ catarsis. En lo que concierne al texto que debe ser leído o dicho, se trata de dilucidar  si el ritmo viene desde “adentro” como esquema entonativo y sintáctico inscripto en él o, si lo introduce el enunciador ( el actor, el director y a fin de cuentas el espectador). La puesta en escena contemporánea, parece fascinada por la posibilidad de partir de una investigación sobre el ritmo para modificar la percepción del texto. 
  •  Ritmo, negación de sentido y de la expresividad: No es raro que los actores y directores preocupados por la lectura del texto se esfuercen, como L. Jouvet,  por “ rechazar y contener la emoción, el efecto que la réplica comunica a primera vista, en una primera lectura”. La restitución de la física del texto, tal como la describe Jouvet y desde la misma óptica Artaud aparece como la búsqueda de un ritmo que empieza por des- semantizar el texto, des- familiarizar al oyente, por dar a la voz su mecánica retórica, significante y pulsional. Este primer aplazamiento del sentido abre el texto a  diversas lecturas. 
3- El ritmo en la puesta en escena.
  • Enunciación de la lectura: En el plano de la lectura más “neutra” e “ inexpresiva” del texto   (la voz “ blanca”), el ritmo ya entra en juego a partir del momento en que el enunciador se enfrenta a sus enunciados. 
  •  Oposiciones rítmicas: En la representación el ritmo es visible en la percepción de efectos binarios: silencio/ palabra,  rapidez/ lentitud, llenado/ vaciado del sentido, acentuación / no acentuación,  contrastación / banalización, determinación/ indeterminación. El ritmo no afecta sólo a los enunciados del texto, vale también para los efectos plásticos: Appia refiriéndose a la escenografía habla del espacio rítmico. Craig  considera que el ritmo es un componente fundamental del arte teatral, “ la esencia misma de la danza”. 
  • Gestus[1] y trayectoria: La búsqueda del gestus, de la disposición fundamental de los actores en el escenario, la composición de los grupos en cuadros son algunos de los efectos gestuales y proxémicos de los actores. Los desplazamientos se convierten en la representación física del ritmo de la puesta en escena. El ritmo es la visualización del tiempo en el espacio, una escritura del cuerpo y una inscripción de ese cuerpo en el espacio escénico y ficcional [2]. 
  • Ruptura: La práctica de la ruptura, de lo discontinuo, del efecto de distanciación favorece la percepción de las pausas de la representación. 
  • Voz: La voz se ha convertido en el modalizador extremo del conjunto del texto; el colorido de la entonación, su facultad de ligar lo verbal y lo no verbal, lo explícito y lo implícito, la convierten en “la expresión fónica de la evaluación social”. 
  • Ritmo narrativo: Los diversos ritmos de los sistemas escénicos de la representación, todos estos sistemas sólo son legibles en el marco de la fábula. El ritmo recupera su función de estructuración del tiempo en episodios, réplicas, series de monólogos o stichomitias, [3] cambios de escena. 
  • Ritmo global de la puesta en escena: Cada sistema escénico( iluminación, gestualidad, música, vestuario, etc.) evoluciona según su propio ritmo; la percepción de las diferencias de velocidad, de las conexiones, de las jerarquías recíprocas, constituye el trabajo de ordenación (lógica y narrativa) de la puesta en escena por parte del espectador. El ritmo en el sentido en que percibimos cuerpos que hablan y que se desplazan en el escenario, en el tiempo y en el espacio, nos permite pensar la dialéctica del tiempo y del espacio en el teatro. La opción rítmica dela puesta en escena confiere un sentido específico al texto, del mismo modo que una determinada enunciación imprime un sentido específico a los enunciados. El ritmo se ve promovido, en la teoría y en la práctica contemporáneas, al rango de estructura global de la enunciación escénica.




[1] Gestus: manera característica de utilizar el propio cuerpo, adquiere la connotación social e actitud respecto a los demás, concepto que Brecht adoptará en su teoría del gestus.
[2] Proxémica: Disciplina reciente de origen norteamericano ( Hall 1959, 1966) que estudia el modo de estructuración del espacio humano: tipo de espacio, distancias entre las personas, organización del hábitat, estructuración del espacio de un edificio o de una habitación. Hall distingue entre espacio fijo, semifijo e informal. Además propone considerar el comportamiento proxémico de los individuos en función de las ocho siguientes variantes: actitud corporal global ( en función del sexo), ángulo de orientación de los interlocutores, distancia corporal definida por el brazo, contacto corporal según su forma e intensidad, intercambio de miradas, sensaciones de calor, percepciones olfativas, intensidad de la voz.
[3] Stichomithia: Intercambio verbal muy rápido entre dos personajes ( algunos versos o frases, un solo verso, incluso dos o tres palabras) casi siempre en un momento particularmente dramático de la acción.

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